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¿Qué es el bruxismo?
El bruxismo es una parafunción que consiste en rechinar o apretar los dientes de forma inconsciente. Si bien es cierto que suele ser de predominancia nocturna, no se produce exclusivamente durante el sueño. En la mayoría de ocasiones, la persona que sufre bruxismo no es consciente de ello y suele ser durante una visita rutinaria cuando se hallan de forma casual lesiones indicativas de que se está produciendo esta situación o incluso es el mismo paciente el que explica que le han comentado que durante la noche alguien oye o ve como aprieta o rechina los dientes.
¿Es muy frecuente el bruxismo? ¿Cuándo se inicia?
El bruxismo tiene una elevada incidencia en la actualidad (50-80%), afectando indistintamente a mujeres y hombres.
La edad de inicio más frecuente de esta patología se establece entre los 17-20 años, no obstante, puede aparecer también durante la infancia y prolongarse en algunos casos hasta la edad adulta.
¿Qué tipos de bruxismo existen?
Podemos clasificar el bruxismo en función del momento en el que se produce como bruxismo nocturno o diurno así como en función de la naturaleza misma de la parafunción como bruxismo céntrico (apretar los dientes) o excéntrico (rechinar los dientes). Por otro lado podemos clasificar el bruxismo, tanto diurno como nocturno, en idiopático cuando no se conocen las causas, o secundario/iatrogénico cuando se asocia a alguna causa física o psíquica subyacente.
¿Por qué se produce el bruxismo?

Las causas del bruxismo no están del todo claras. No obstante, la gran mayoría de investigaciones establecen que el estrés y la ansiedad juegan un papel desencadenante en el desarrollo de este trastorno. Entre los factores que pueden relacionarse con el bruxismo destacan:
- Factores morfológicos/odontológicos: Pese a que no son la causa directa del bruxismo, una posición incorrecta de los dientes y su relación durante la mordida, así como la presencia de interferencias en los contactos entre dientes ya sean naturales o artificiales (empastes, coronas etc.) pueden generar una situación de inestabilidad de los músculos y la articulación temporomandibular que agraven los efectos perjudiciales del bruxismo.
- Factores psicológicos: El estrés, la ansiedad y la tensión emocional, son los desencadenantes de esta parafunción.
- Factores relacionados con el sueño: Algunos autores han definido el bruxismo que se produce durante la noche como una parasomnia (trastorno del sueño) de origen psicógeno relacionada con el estrés
- Factores genéticos: El bruxismo nocturno suele producirse en varios integrantes de una misma familia.
- Medicaciones y otras substancias: El bruxismo puede ser un efecto adverso raro de algunas medicaciones psiquiátricas como los antidepresivos. Otras sustancias como el tabaco, la cafeína, el alcohol o el uso drogas recreativas también son un factor de riesgo.
- Otras causas: Algunos trastornos que afectan al sistema nervioso como la enfermedad de Parkinson, el transtorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o la epilepsia y otros como el transtorno por reflujo gastroesofágico o el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) pueden estar relacionados con el bruxismo.
¿Qué efectos produce el bruxismo?

Como comentamos al principio de esta entrada, en la mayoría de ocasiones el bruxismo no presenta síntomas claros o estos son muy leves y hacen que los pacientes no sean conscientes de que aprietan o rechinan los dientes. Por este motivo la solemos catalogar como una enfermedad silente, pero aparecen signos y síntomas en diferentes estructuras del sistema masticatorio que nos pueden orientar en el diagnóstico durante una visita de control en la clínica dental. Podemos dividir los efectos negativos de esta parafunción en tres grandes grupos:
- Efectos sobre los dientes: El bruxismo produce cambios en nuestros dientes, algunos muy visibles y otros no tan fácilmente identificables. Entre los efectos sobre los dientes encontramos desgastes de las superficies de masticación de los molares y premolares y del borde cortante de los incisivos y caninos que afectan a la función de los mismos así como a la estabilidad de la mordida. Pérdidas del esmalte (tejido más superficial de los dientes) en la zona de unión de los dientes con la encía, que producen lesiones en forma de cuña características. En casos severos o de larga evolución, los desgastes en las superficies masticatorias de los dientes acaban derivando en una pérdida de la altura del tercio inferior de la cara, lo cual genera efectos desfavorables tanto a nivel estético (incisivos cortos y perfil facial envejecido) y funcional. Por otro lado pueden aparecer fisuras y fracturas del esmalte que pueden extenderse hasta la dentina, que es el tejido subyacente al esmalte, generando problemas de sensibilidad dental o afectaciones más severas de la pulpa dental (nervio del diente).
- Efectos sobre la musculatura: Las inserciones de músculos de la masticación se extienden desde la zona del cuello y cervicales hasta la zona lateral y posterior del cráneo. La presencia de hipertrofias (aumentos del volumen) de estos músculos suele estar presente en pacientes con bruxismo. Habitualmente, durante la exploración pueden palparse zonas de tensión y puntos dolorosos en estos músculos. Aparece un síndrome de dolor miofascial que irradia a la zona lateral y posterior de la cabeza, el ángulo mandibular, la zona cervical y que en muchas ocasiones no se localiza o identifica con precisión.
- Efectos sobre la articulación temporomandibular: La articulación de la mandíbula situada en el lateral del cráneo próxima a la zona auricular es una articulación que contiene un cartílago articular que protege las estructuras óseas y unos ligamentos que ubican este cartílago en una posición correcta durante los movimientos de apertura y cierre de la mandíbula. El bruxismo puede afectar a este sistema, generando una compresión de este cartílago y generando un proceso inflamatorio que causa dolor en la zona periauricular y que en ocasiones se puede confundir con otras afecciones del oído. Por la proximidad anatómica con el oído algunos pacientes con bruxismo y debido a esta inflamación y compresión de algunas estructuras pueden sufrir mareos, vértigo o acúfenos.
Por otro lado, pueden aparecer chasquidos en la articulación durante los movimientos de apertura/cierre de la mandíbula, así como limitación de apertura bucal y trismus, que es un bloqueo articular que impide el cierre completo de la mandíbula.
- Efectos en la calidad del sueño: Cansancio o sensación de no haber dormido suficiente.
- Otros efectos: La presencia de protuberancias óseas en maxilar y mandíbula (exóstosis y torus) están relacionadas con el bruxismo.
¿Cómo podemos evitar el bruxismo?
Sin duda la prevención resulta muy importante para evitar los efectos perjudiciales del bruxismo. Los hábitos de vida saludables como llevar una dieta equilibrada, mantener una higiene del sueño correcta, la práctica de ejercicio físico y/o de relajación, evitar el tabaco y cafeína nos ayudan a controlar el principal desencadenante, el estrés. No incluir alimentos duros o difíciles de masticar en nuestra dieta o abusar del uso de chicles nos ayudará a evitar una contracción muscular excesiva.
¿Cómo se trata el bruxismo?

Más que tratar el bruxismo en sí, en la clínica dental se enfoca el tratamiento en la prevención de los efectos negativos que genera así como en la rehabilitación de la mordida y de los tejidos dentales que puedan haberse visto afectados.
En cuanto a la prevención resulta muy importante la confección de una férula de descarga, que es un dispositivo rígido de acrílico que se coloca entre los dientes superiores e inferiores y que nos permite situar la mandíbula en una posición que mantiene la articulación en una posición estable y que evita la compresión de la cápsula articular, así como evitar una hiperactividad muscular mientras se usa. Su uso suele ser nocturno, pero no es exclusivamente de uso nocturno y es conveniente realizar ajustes periódicos para que siga ejerciendo su función.
La rehabilitación de la mordida, la recuperación de la dimensión vertical perdida y de los tejidos dentales desgastados es otro de los tratamientos que se llevan a cabo en la clínica dental con el fin de restituir la función y la estética y devolver la estabilidad oclusal.
La fisioterapia también está indicada en el tratamiento de las contracturas de los músculos de la masticación y ayudará a reducir los efectos negativos de los episodios de dolor muscular.
Conclusiones
El bruxismo es la parafunción que consiste en apretar o rechinar los dientes. El factor desencadenante es el estrés. Produce efectos negativos sobre los dientes, los músculos de la masticación y la articulación temporomandibular entre otros, pero en muchas ocasiones tiene un clínica silenciosa. Unos hábitos de vida saludables y que nos permitan controlar los factores relacionados con el estrés así como la confección de una férula de descarga nos ayudarán a prevenir los efectos negativos que produce el bruxismo.