La sensibilidad dental es un dolor de moderado a agudo que aparece a causa de un estímulo externo aplicado en un diente. Estos estímulos desencadenantes de la sensibilidad dental pueden ser frío, calor, ácido o dulce incluso también el tacto.

Esta sensibilidad se debe, en su gran mayoría, a una falta de estructura dental. Es importante conocer el origen de este problema de sensibilidad que se está sufriendo para poder solventarlo.

Para explicarme mejor, cuento lo que de manera habitual le explico a mis pacientes; el diente está compuesto de tres estructuras muy bien diferenciadas, la primera de ellas es el esmalte, se encuentra en la corona del diente (con lo que comemos o mordemos)  es la capa externa que protege los dientes de los estímulos externos, se conoce como el tejido más duro de todo el cuerpo humano y es la estructura visible, es decir, lo que se ve. Íntimamente relacionado con este tejido está la dentina; la dentina es un tejido más poroso que el esmalte y en su estructura interna se encuentran alojados unos túbulos dentinarios que vendrían a ser como unas tuberías que permiten el paso de los estímulos tanto fríos, calientes, ácidos o dulces, es en sí quién conduce el estímulo hasta la siguiente estructura que conocemos como el nervio.

El nervio es el corazón del diente, quién le da la vitalidad y quién nos hará sentir ese estímulo.

Origen y causas de la sensibilidad dental

El origen de la sensibilidad dental está causado por un desgaste de las capas que le dan protección al diente como es el esmalte (la capa externa del diente visible) y la encía que llega en un estado óptimo de salud a la corona del diente evitando la exposición de la raíz.

Cuando se padece algún tipo de patología como el bruxismo, la caries, la enfermedad periodontal e incluso hábitos de higiene dental inadecuados podemos llegar a padecer sensibilidad dental generalizada que cursa con molestias al beber o comer algún tipo de alimento.

Es en este punto dónde deberemos realizar una anamnesis y exploración completa del paciente para descartar patologías como la caries que también generan sensibilidad por destrucción de los tejidos dentales.

Lo más habitual que nos encontramos en consulta es que el paciente siente sensibilidad o bien por retracción de las encías derivada de una enfermedad periodontal, por una mala técnica de cepillado que causa desgaste en zonas de protección de la encía o por un desgaste excesivo de las superficies dentales generadas por bruxismo, patología de la que ya hemos hablado en anteriores entradas al blog.

Si el paciente padece bruxismo, se genera una destrucción del esmalte progresiva, éste al ser la capa de protección frente a los distintos estímulos externos, si se pierde generará una sensación dolorosa de moderada o aguda al ingerir por ejemplo, bebidas frías, ácidas o calientes entre otras, generando así sensación de dientes sensibles.

Tratamiento para la sensibilidad dental.

Me parece algo muy importante hacer hincapié en que cada persona necesitará unos cuidados y tratamientos diferentes ya que cada caso en concreto requiere de diferentes técnicas y es por eso que es tan importante acudir a tu dentista de confianza para realizar los chequeos trimestrales, semestrales o anuales tal y como te lo indique tu especialista.

Ya que existen diferentes motivos por los que podemos padecer sensibilidad dental, existirán diferentes tratamientos para poder darle solución a tu problema.

  1. Lo más común que podemos encontrarnos en consulta cuando un paciente siente sensibilidad localizada es que presente caries así que la CARIES genera sensibilidad en los estadios más avanzados.
    Lo que deberemos realizar en este caso es retirar el tejido dañado por bacterias y (la caries en sí) restaurarlo con materiales biocompatibles como es el composite dental para darle la misma forma, color y funcionalidad al diente, es decir realizar una RECONSTRUCCIÓN.
  2. En los casos en los que la caries está muy avanzada y alcanza la pulpa dental (el corazón del diente) deberemos realizar una ENDODONCIA para eliminar las bacterias que se hayan filtrado al sistema de conductos radiculares.
  3. En pacientes con enfermedad periodontal activa que se hayan sometido a un TRATAMIENTO PERIODONTAL, es normal que padezcan cierto grado de sensibilidad aumentada puesto que parte de la raíz del diente queda expuesta y esta es más porosa que el esmalte dental, esta sensibilidad es totalmente tratable con barnices que se adhieren a la superficie radicular de los dientes generando una protección.
    Si tienes una patología periodontal y te preocupa la sensibilidad dental y la estética, existen diferentes tipos de tratamiento que se pueden llevar a cabo para cubrir esas exposiciones radiculares con odontología cosmética gingival y consiste en devolverte esa encía que has perdido para evitar que siga existiendo esa exposición radicular y con ella la sensibilidad y la estética deficiente.
  4. Un mal uso de las técnicas de cepillado también puede ser un causante de la sensibilidad dental ya que si además de realizar un cepillado muy brusco, utilizamos un cepillo de dureza alta generaremos un desgaste en nuestra encía libre, la que no está pegada a nuestros dientes y permite el paso de bacterias y restos de alimentos entre la encía y el diente.
    Necesitaremos la ayuda de nuestrx técnicx en higiene bucodental para que nos instruya en TÉCNICAS DE CEPILLADO y nos recomiende un cepillo adecuado a nuestras necesidades.
  5. Otra de las causas que genera un alto índice de sensibilidad es el bruxismo, deberemos tratar el bruxismo de base generando buenos hábitos con conductas higiénicas como una dieta equilibrada, una buena rutina de sueño y la utilización de una férula de descarga por las noches para evitar el desgaste de la ATM (articulación temporomandibular).
    Si el bruxismo es inicial y no hemos perdido gran cantidad de esmalte, con este tipo de terapia volveremos al punto de partida, ahora bien, si derivado de un bruxismo crónico presentamos 2/3 de la corona dental destruida, el/la profesional te recomendará la realización de un plan de tratamiento integral para devolverte la estructura dental perdida y no generar así un envejecimiento prematuro de tus dientes.
  1. El consumo habitual de alimentos y bebidas muy ácidas y/o carbonatadas como zumos cítricos, vinagre, refrescos, etc, desordenes alimentarios como anorexia o bulimia, reflujo gastroesofágico producido por hernia hiatal o emesis de repetición pueden provocar la erosión del esmalte dental o la descalcificación y esto genera una vía de acceso libre hacia los túbulos dentinarios, las pequeñas tuberías de las que hablaba más arriba, generando dolor por sensibilidad. Personalmente he conocido algunos pacientes que les encanta comer limón o pomelo y este hábito les ha generado un desgaste en la cara labial de los dientes proporcionándoles una sensibilidad muy aguda.
    Para evitar esta erosión del esmalte producida por ácidos de la dieta lo más recomendable es restringir el consumo de dichas comidas y bebidas y de haber generado dicha sensibilidad con destrucción exacerbada de la superficie dental, la realización de tratamiento restaurador será la acción más propicia.
    En el caso de enfermedades del aparato digestivo así como trastornos de alimentación, deben ser tratados de manera integral junto con el especialista digestólogo y el área de psicología para poder abordar el problema y darle solución.

Prevención

Me gusta especialmente este apartado porque es algo muy sencillo y a la vez muy básico que está al alcance de nuestra mano de manera muy fácil y sencilla.

Lo primero que debemos hacer si nos ponemos en prevention mood es lo que deberíamos hacer siempre, cepillarnos los dientes 3 veces al día, de este modo mantendremos las bacterias a raya y la caries y la enfermedad periodontal estarán controladas por nuestros buenos hábitos.

Un estilo de vida saludable, que nos ayude a conciliar la vida familiar y laboral, una buena alimentación que nos proporcione todos los nutrientes y vitaminas adecuados, tiempo para el deporte, la lectura y los cuidados personales son la base de una buena salud a nivel físico y psíquico así que es algo que todas y todos deberíamos incorporar a nuestra rutina diaria.

Al final, como digo siempre, la prevención es algo que está en vuestra mano y dependerá de nosotxs como profesionales sabéroslo transmitir, no obstante es algo que como profesionales solo podemos realizar en cada consulta, que si son de prevención serán una cada 6 meses, dónde nos veremos, realizaremos la exploración extraoral e intraoral y si es preciso se realizará la higiene necesaria pero el resto del año los cuidados para prevenir afecciones como la caries o la enfermedad periodontal dependerán de los buenos hábitos que se adquieran como paciente.

Es una cuestión clave la técnica, el cepillo y os coadyuvantes que se estén utilizando para el cepillado y los cuidados bucodentales diarios. Es cierto que durante el día, si además pasamos muchas horas fuera de casa no podemos realizar una correcta higiene bucal pero lo que es imprescindible es que seas consciente que los tejidos que rodean el diente y le dan soporte son blandos y si los machacamos con un cepillado brusco o un cepillo de dureza muy agresiva, podemos dañarlos y lamentablemente, una vez que se genera una recesión en nuestra encía, ésta no crece y del único modo que podemos devolverla a su punto de partida es con la realización de técnicas de odontología cosmética.

Seguir las pautas que nos de el especialista será un punto fundamental para evitar dañar nuestras encías.

Si hablamos de prevenir el bruxismo lo que vamos a realizar desde el centro es la confección de una férula de descarga para evitar el desgaste tanto de la articulación como de los dientes, no nos olvidemos de que el esmalte nos va a proteger de los diferentes estímulos externos y ello se verá afectado por el grado de desgaste que tengamos.

Conclusiones

Estos tips, junto con una buena autoexploración de nuestras mucosas y dientes nos van a hacer tener un autoconocimiento de nuestra boca.

No debemos olvidarnos de acudir a nuestros chequeos al tiempo que nos haya pautado el profesional que nos esté acompañando ya que es de suma importancia seguir sus directrices para asegurarnos de que nuestra salud bucodental está en buenas manos.

Así pues, si presentas sensibilidad dental generalizada o localizada al beber o comer alimentos y bebidas frías, calientes, dulces o ácidas, acude a visitar a tu centro de confianza.