Sentir dolor al comer, hablar o incluso al beber agua debido a una llaga en la boca es algo que todos hemos experimentado. ¿Por qué ocurren y qué puedes hacer para aliviarlas rápidamente? ¡Te lo contamos en Clínica Provenza!

5 Causas comunes de las llagas bucales

Las aftas pueden surgir por diversas razones, a continuación hemos recopilado las más frecuentes:

  1. Traumatismos o irritaciones: Morder accidentalmente el interior de la mejilla, el uso de aparatos ortodónticos que rozan contra la mucosa o prótesis dentales mal ajustadas pueden provocar la aparición de llagas.
  2. Estrés y cambios hormonales: Situaciones de estrés, ansiedad o fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante la menstruación, pueden desencadenar la formación de aftas.
  3. Deficiencias nutricionales: La falta de vitaminas y minerales, especialmente hierro, vitamina B12 y ácido fólico, está relacionada con la aparición de estas lesiones.
  4. Reacciones alérgicas o sensibilidad a ciertos alimentos: Algunos alimentos, como los cítricos, el chocolate, el café o los alimentos picantes, pueden irritar la mucosa oral y provocar aftas en personas sensibles.
  5. Infecciones virales o bacterianas: Aunque menos comunes, ciertas infecciones pueden manifestarse con llagas en la boca.

Síntomas y tipos de aftas

Las aftas suelen presentarse como úlceras redondeadas u ovaladas, de color blanco o amarillento, rodeadas por un halo rojizo. Dependiendo de su tamaño y duración, se clasifican en:

  • Aftas menores: son las más comunes, miden menos de un centímetro y suelen sanar en una o dos semanas sin dejar cicatriz.
  • Aftas mayores: más grandes y profundas, pueden tardar varias semanas en curarse y, en ocasiones, dejan cicatrices.
  • Aftas herpetiformes: son múltiples úlceras pequeñas que pueden fusionarse, formando lesiones más grandes.

Tratamiento y prevención

Aunque las aftas suelen desaparecer por sí solas, existen medidas que puedes tomar para aliviar el dolor y acelerar su curación:

  • Higiene bucal adecuada: cepilla tus dientes con un cepillo de cerdas suaves y utiliza hilo dental para mantener la boca limpia, evitando infecciones secundarias.
  • Evita alimentos irritantes: reduce o elimina el consumo de alimentos ácidos, picantes o muy salados que puedan agravar la lesión.
  • Enjuagues bucales: realizar enjuagues con soluciones salinas o con enjuagues antimicrobianos puede ayudar a reducir la inflamación y prevenir infecciones.
  • Productos tópicos: existen geles y cremas de venta libre que contienen agentes anestésicos o antiinflamatorios que pueden aliviar el dolor y acelerar la curación.
  • Suplementación: si se identifican deficiencias nutricionales, la suplementación con las vitaminas o minerales necesarios puede ser beneficiosa.
  • Gestión del estrés: practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, puede ayudar a reducir la incidencia de aftas relacionadas con el estrés.

No más llagas, no más drama

Vamos a ser honestos: las aftas son como esos invitados que nadie quiere en casa. Aparecen sin avisar, se quedan más de lo debido y te complican el día.

Pero, con buenos hábitos y un poco de ayuda profesional, puedes mantenerlas a raya. En Clínica Provenza, nos aseguramos de que tu boca esté sana y en perfectas condiciones.

¡Agenda tu cita y vuelve a sonreír!